Monday, April 18, 2005

back in villa libertador

kiosko de la madre de fabián, cerrado herméticamente. son las seis de la tarde y sopla un viento frío, sin embargo estoy traspirando. es el sol, que en esta clase de lugares siempre cae como un baldazo de plomo hirviente, como una bengala que señala constantemente a los miserables. toco la puerta. tardan en atenderme, escucho muebles que se corren.
abren un postiguito de la puerta. es la madre de fabián.
-¿sí?
-¿está fabián?
-no. fabián está preso.
-uh, no sabía, disculpe, lo lamento mucho...
-¿vos para qué lo buscás?
-eeeehhh... soy un amigo de él, venía a verlo...
-¿venís a comprar?
-¿cómo?
-¿vos le comprabas merca a fabián?
-eeeehhhhh, no. no no... faso, le compraba. me presentó la vaca, de allá del fondo
la vieja cierra el postiguito y me abre la puerta.
-pasá.
me dice que está a setenta y cinco pesos los cincuenta gramos. le doy la plata.
-¿es para vender o es para vos?
-para mí.
después me cuenta que fabián está sentenciado a cinco años y medio, o sea que se va a tener que comer tres años de cumplimiento efectivo, como mínimo.
-lo habían dejado libre y yo le dije que no se presentara, que lo iban a dejar adentro. pero el boludo no me hizo caso y ahora está hasta las rebolas.
-bueno, pero no iba a quedar prófugo si no se presentaba, no era peor...
-y bueno, pero que te agarren después, no mansito como un boludo, entregadazo.


creo que dejé de arquear las cejas dos cuadras después de bajarme del bondi, en el centro. en todos lados leo mensajes para mí.

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