Monday, March 07, 2005

embole en cumpleaños y mini miscelanea entre pelotuda y algo macabra

anoche me llevaron a un cumpleaños en el que no conocía a nadie, cerca de mendiolaza. menos mal que había para fumar una mentita de las sierras grandes, bastante rica. le dí un background de varios vasos de fernet con coca y pude tirar bastante. que yo no la pase bien no es ninguna novedad, pero lo cierto es que nadie se estaba divirtiendo demasiado. en general, la gente era del tipo ex sicobolche que tiene una 4x4, vive en un country y escucha joaquín sabina o esa porquería de cerati con no sé que poronga de orquesta sinfónica (para bailar pusieron redondos, los piojos, la bersuit y un para-terminar-de-ser-irritante-compilado de la mona jiménez). como no me daba bola con nadie, estuve dando vueltas por el jardín y escuchando conversaciones que estaban a miles de millones de kilómetros de mi fina sensibilidad. lo más parecido a una charla que tuve fue con un dentista al que le gustaba pescar. me asombré del tiempo que podés mantener una ficción de comunicación emitiendo solamente monosílabos, como jugando al tenis en un atari pero manteniendo una posición defensiva, entendiendo esto por sólo devolver las pelotas y que el otro haga el esfuerzo. problemas en el pique de la boga y el pacú, en el paraná ahora no sale nada porque está lleno de tramallos y cosas como ésas. mientras me duraba la parte piola de la curda decidí llevarme un vaso bien grande de fernet a la vereda. ahí me quedé solo como cuarenta minutos, bebiendo taciturnamente y dejando fluir mis “ideas”. acariciaba un viejo huskie siberiano que tenía una pata amputada. miraba los autos de los asistentes a la fiesta y decidí que si yo fuera una persona con alguna onda, lo único digno que me quedaba por hacer era chorearme todos los pasacassetes de los autos y picar llanta. durante una veintena de segundos lo pensé bastante en serio.

ahora estoy sobrio de vuelta, lástima. hace un calor del orto y no sopla nada de viento. la tormenta que prometía aliviar la situación se ha perdido en el horizonte. me corto las uñas y pienso en que es inevitable el hecho de que me voy a volver a poner cursi y voy a terminar escribiendo algo sobre mis días tratando de olvidarte, como los perros que se muerden la herida para lastimar al dolor (dichosos los perros que son inocentes: no saben escribir y lo más parecido al amor que conocen es, cada tanto, el olor a concha flotando en el aire). no va a ser hoy, de todas maneras. y espero que no sea mañana, tampoco.

busqué lo de la rebelión de las coletas en kumamoto, pero es largo y me da fiaca ponerme con eso. encuentro sin embargo esto de yukio mishima que está bueno: (la muerte elegante de un joven debe ser) “como un kimono de seda que, arrojado sobre una mesa pulida, se desliza suavemente hacia la oscuridad del suelo.”

mi asesino en serie preferido es dennis nilsen, que escribió cosas como “supongo que debo ser un psicópata creativo que en una situación de pérdida de raciocinio, pasa a ser temporalmente un psicópata destructivo, estado provocado por la ingestión rápida y excesiva de alcohol. en el fondo de mi subconsciente yace una sensación de aislamiento total. tuve experiencias de relaciones sexuales con hombres y mujeres, antes de mi primer asesinato. después fui incapaz de toda relación. me repelía a mí mismo. sólo dios sabe lo que pasa por mi mente cuando queda atrapada por el desenfreno destructivo. tal vez el instinto astuto y asesino es la única abstracción que emite un cerebro que desconoce toda moralidad. podría ser un desvío exagerado de mi necesidad de ayudar a la gente.(...) la víctima es la bandeja sucia después de la fiesta y lavarla es una tarea rutinaria.”

“me gustaría que pudieran reunirse conmigo: estoy a treinta mil pies de altura y rodeado por sesenta migs” (mensaje de radio de un irónico piloto de f-86 sabre, durante la guerra de corea)

bueno, esto yo. y ustedes qué tal, qué onda. la pregunta es retórica, no le den bola.

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