Thursday, March 03, 2005

degollar a dos mil hombres toma su tiempo

gran parte de mi rengo enciclopedismo (e´cir, conocimientos livianos e inútiles sobre un amplio abanico de cosas, a los cuales nunca les sacaré un mango) se lo debo a mi costumbre de ir a cagar con una revista bajo el brazo. hoy por ejemplo me entero de lo siguiente:
camerone (méxico), 30 de abril de 1863: sesenta hombres de la legión extranjera francesa, contratados como mercenarios por el emperador maximiliano, custodiaban un cargamento de oro en un viaje de veracruz a puebla. estos escasos hombres, bajo el mando del capitán danjou (manco, veterano de la guerra de crimea), se toparon con una columna de dos mil rebeldes. luchando, se las arreglaron para abrirse camino hasta una casa de campo abandonada. allí resistieron durante casi doce horas hasta que quedaban cinco legionarios en pie. estos cinco legionarios cargaron contra esa columna de dos mil hombres. de los cinco, sobrevivieron tres.
todos los años, el 30 de abril los legionarios se reúnen en reconocimiento al valor extraordinario de estos hombres. se recuerda el desarrollo de esas doce horas de batalla (subrayo: sesenta hombres contra dos mil). en aubagne, cuartel central de la legión extranjera, se hace desfilar con gran solemnidad ante la formación, la mano de madera del capitán danjou. todos los legionarios se cuadran ante ella.

lo de camerone me hace acordar de otro ataque romántico, durante la “rebelión de las coletas” en kumamoto (1800 y algo). doscientos samurais armados únicamente con katanas atacan un cuartel del ejército regular japonés donde duermen más de dos mil soldados. el polvorín del cuartel está cerrado herméticamente y las bayonetas son un arma francamente inferior frente a las katanas. el combate se desarrolla con lentitud “entre otras cosas, porque degollar a dos mil hombres toma su tiempo”, dice ejerciendo un macabro sentido del humor el tipo que relata la cosa donde la leí. finalmente, alguien consigue entrar al arsenal del cuartel y con armas de fuego... bueno, la cosa ya cambia: los samurais prueban en sus entrañas las mieles del progreso. hay una crónica muy interesante de los suicidios de aquellos que lograron huir, algún día voy a buscar el libro y voy a poner algo más completo sobre el tema.

no sé a donde quiero ir con esto. bueno, tampoco tengo que ir a ningún lado, no sé por qué me preocupo.

hoy tuve terapia, una sesión más bien chotona. ahora estoy escribiendo esta pelotudez y escuchando “dandy in the underworld” de t. rex. hace dos semanas y pico que no fumo porro. los ansiolíticos (clonazepam) se han revelado como una cosa completamente inútil, la gente que aguanta tomando eso son asquerosos aficionados. estoy huérfano frente al mundo. pero quién no.

desde méxico, la amiga juanita asesina preguntaba por mi novela. hace una semana que no escribo nada, ya dije: me siento frente a la máquina y la miro como si fuera de ella la culpa. estoy haciendo otras cosas: arreglando mi ex casa para alquilarla, tomando exámenes de ingreso a la facultad (pobres pibes, uno me preguntó que quería decir “incidencia”), preparando un programa de radio, haciendo los trámites para empezar un posgrado (entre otras cosas tramitando mi título de ingeniero, cosa que no hice desde que rendí la última materia, hace ya un tiempito laaaaargo) y empezando a leer documentos para una consultora en calidad que me puede llegar a tirar trabajo por afuera de la facultad, porque a fin de año me quiero ir a algún lado donde no sepa el idioma que se habla (así tengo una justificación para no entender nada). el buen momento más próximo llegará, si todo sale bien, a fines de diciembre, cuando prenda el primer caño de la temporada.

ahora se me ocurre: capaz que yo entiendo DEMASIADO, lo suficiente para estar desconcertado ante cómo se las arreglan los demás para vivir alegremente y como si nada. vivir es algo muy raro, no sé cuál es el negocio. vendrán tiempos mejores, digo dando livianamente por sentada la existencia de conceptos tan extravagantes como los de “tiempo”, “mejoría”, “futuro”. en fin.
debajo de esto va parte del mamotreto por el que preguntaba la amiga juanita.

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