Tuesday, November 16, 2004


-no, no pertenece a la clase torturable.
-no sabía que hubiese distinciones de clase en la tortura.
-mi querido señor wormold, usted comprenderá que seguramente hay personas que esperan a que se las torture y otras a las que la sola idea ultrajaría. nunca se tortura si no es desde una especie de acuerdo mutuo.
(graham greene, “nuestro hombre en la habana”)

el único ruego que mantuve todos estos años: que no me encuentren.

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